Subida al Ocejón
- César Pérez
- 24 ago 2018
- 2 Min. de lectura
Durante la ascensión al Ocejón de este año 2018, Enrique nos recordaba, que la idea de subir todos los veranos a los 2049 mt. de altitud con los que cuenta el emblemático pico, partió de su cabeza hace ya más de 23 años, siendo él concejal del pueblo.
Se trataba de buscar actividades para realizar en verano en las que participaran vecinos de todas las edades, pero fundamentalmente los niños y jóvenes, que por entonces, según me comentan eran tan numerosos en los veranos en Villaseca.
Hemos sido muchos los que, año tras año, hemos subido desde entonces a su cima. Ya se ha convertido en una maravillosa costumbre que a pesar de los rigores climatológicos nos hacen año tras año repetir. En ocasiones recuerdo haber subido más de 40 personas, acompañados por amigos y familiares de otros pueblos cercanos. Se agolpan en mi cabeza numerosas anécdotas, la mayoría de ellas graciosas como aquel año que Juanito y Juan Carlos echaron mano a una cabra para que “posara” para la foto. O a Luismi llegando a la cima perjurando que sería la primera y la última vez que le veríamos allí (este año ha repetido). Son míticos los repasos por años de nacimiento de los participantes, que siempre anotaba Juan en su pequeña agenda. Más de uno/a se ha querido quitar años, pero al final todos cantamos la edad tarde o temprano.

Este año, haciendo ese mismo repaso, a algunos nos llamó la atención que los asiduos de más edad han dejado de acompañarnos, que la mitad de los participantes oscilaban entre los 44 y los 56 años y que casi la otra mitad entre los 8 y los 16. Sólo un joven, en una horquilla de 28 años, nos acompañaba. Y es que las fiestas de Uceda tiran mucho…

Pero que no suene a regañina, que los que disfrutamos de las vistas en la cima, durante el camino, del reposo y refrescante baño en la chorrera y de la sensación de haber vuelto a superar el reto de subir hasta arriba, a pesar de la maldita gayuba, no lo cambiamos por el mejor DJ.
Os mentiría si os dijera que no os echamos de menos, pero no más que a todos los que por edad, enfermedad,… han dejado de acompañarnos.
Seguro que dentro de unos años volvéis a subir y yo espero poderos acompañar, porque esta actividad, si nada lo remedia, seguirá siendo un clásico de los veranos de Villaseca.


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