Actividad Día del libro
- Lucia García Mateo
- 18 may 2018
- 2 Min. de lectura
El día 28 de abril celebramos nuestro particular día del libro, sin firmas de personas mediáticas, ni casetas o stands que venden libros con descuentos, pero con la misma finalidad, fomentar la lectura.
Desde la asociación se pensó hacerlo de una manera original, motivadora y sobre todo que cumpliese dicho fin, así que organizamos un cuentacuentos para los más pequeños, con cuentos que educan en valores. Andrea fue quien se ocupó de ello hablando con los niños sobre las moralejas y los aprendizajes que nos dejan los cuentos para nuestro día a día.
Al terminar dimos paso a los más mayores, cada uno llevaba un libro para intercambiarlo con otra persona, el intercambio se hizo por sorteo, de esta manera además se propiciaba el cambiar de género literario o de temática. Normalmente tenemos un gusto muy marcado a la hora de leer y nos pareció una buena forma para experimentar.
Al dejar su libro se les daba una hoja para que escribiesen su nombre y el por qué habían decidió traerlo, hubo disparidad en las justificaciones, “es mi libro favorito”, “lo he traído porque no lo he leído”, “significa mucho para mí…”, con estas pequeñas introducciones previas a la lectura del libro, la motivación para leerlo era aún mayor.

Antes de proceder al sorteo, se regaló a cada uno de los que quisieron compartir esta actividad con una flor de papel y a continuación se contó la leyenda de San Jordi que justificaba dicho obsequio, para el que no la conozca dice lo siguiente:
La leyenda explica que hace mucho tiempo, en Montblanc (Tarragona) un feroz dragón capaz de envenenar el aire y matar con su aliento, tenía atemorizados a los habitantes de la ciudad. Los habitantes, asustados y cansados de sus estragos y fechorías, decidieron calmarle dándole de comer a una persona al día que se elegiría por sorteo. Después de varios días, la mala suerte le tocó a la princesa.
Cuando la princesa abandonaba su hogar y se dirigía hacia el dragón, un caballero llamado Sant Jordi, con brillante armadura y caballo blanco, apareció de repente para ir a su rescate. Sant Jordi alzó su espada y atravesó al dragón, liberando por fin a la princesa y a los ciudadanos. De la sangre del dragón brotó un rosal con las rosas más rojas que jamás se habían visto. Sant Jordi, triunfante, arrancó una rosa y se la ofreció a la princesa.
Los más pequeños quisieron también llevar sus cuentos para cambiarlos y se lo pasaron fenomenal, aunque a más de uno le costó entender que su cuento se lo llevara otra persona. Fue una actividad cultural muy divertida, con bastante participación y que esperamos que se repita año tras año.
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